viernes, 25 de mayo de 2012

Emprendedores : De temporera a empresaria

Una emprendedora granadina ha encontrado su oportunidad de negocio en la fabricación de jabones artesanos con aceite de oliva que después vende a través de su blog. Desde su propia casa y con el aceite que producen los mismos olivos que la rodean, María José realiza todos los pasos del proceso productivo, desde la elaboración del jabón hasta el empaquetado. Utiliza una receta familiar que ha completado con los conocimientos adquiridos en los cursos que realizó cuando se preparaba para montar su empresa. Los jabones personalizados, que se utilizan principalmente como regalo en bodas, son su producto más demandado. María José hace un estudio del cliente y de lo que le rodea para poder plasmar su personalidad en la fragancia del jabón. Los ingredientes que utiliza van desde perlas de nácar hasta frutas o arcilla.


                                  Proceso artesanal para hacer jabón
Fabricar jabones en casa es sencillo, bien sea para la limpieza del cutis porque resultan muy cremosos y nutritivos o para lavar.
Una precaución básica es la de usar guantes de goma para evitar el contacto de la sosa con las manos y también el no usar jamás recipientes o utensilios de aluminio o de estaño. Estos al corroerse desprenderían vapores dañinos.
Si se trata de fabricar jabones de tocador para el cutis y el baño, deberá emplearse un aceite virgen de buena calidad.
Si es para limpieza de prendas, pueden aprovecharse los aceites que se han utilizado en la cocina, una vez que no sean aptos para el consumo.
El buen jabón se caracteriza por una saponificación perfecta, no ha de dejar residuos en el agua, ni sustancias sin disolver.  Debe ser una pasta firme, untuosa al tacto y homogénea.

Cómo hacer jabón a partir del aceite:

1.   Se toma un kilo de sosa cáustica y se disuelve en seis litros de agua, dentro de un recipiente que no sea de estaño ni de aluminio.
2.   Cuando ha terminado de deshacerse se van incorporando poco a poco seis litros de aceite, previamente colados, sin dejar de dar vueltas con un palo.
3.   A medida que va pasando el tiempo, y sin dejar de remover siempre en la misma dirección, se irá solidificando, hasta alcanzar un punto semejante a la mayonesa casera. Sabremos que el jabón ya está listo cuando saquemos el palo limpiamente, sin que queden restos de la pasta adheridos a él. Este proceso puede acelerarse si colocamos el recipiente, una caldera, al fuego. El jabón así obtenido tendrá mayor calidad.
4.   Volcaremos entonces el jabón en un recipiente y lo dejaremos endurecer uno o dos días. Pasado este tiempo, cortaremos el jabón en cubos del tamaño que deseemos y los dejaremos orearse unas horas

Sobre esta regla básica, hay variantes según las zonas, como por ejemplo añadir un puñado de sal, de harina, o unas gotas de añil para darle color azulado.
   

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