Buenos Aires. El subsecretario de Agricultura de la Nación, Luis María Urriza, sostuvo que los productos de origen olivícola argentinos, como las aceitunas y los aceites que se destinan al consumo de mesa, poseen jerarquía y valor por si mismos, pero aún así es necesario agregar valor a través de acentuar las cualidades del producto y la productividad.
Para nosotros la exportación de aceitunas de mesa ya tiene valor. No es cierto que la única manera de agregar valor es agregando proceso industrial. Una aceituna argentina de mesa, por dar un ejemplo, tiene mucha calidad y a través de la marca también se agrega valor", explicó Luis María Urriza, subsecretario de Agricultura del Ministerio de Agroindustria de la Nación.
"En eso sí estamos trabajando: en la cadena industrial y envasado en origen. Esas son las dos líneas en las que estamos trabajando para jerarquizar la calidad del producto y las marcas para exportación", señaló Urriza.
"El mercado de la olivicultura es un mercado cambiante y muy dinámico con España, Italia, Grecia y otros grandes competidores pero cuando mejor posicionemos nuestra producción y logremos obtener calidad y marcas para imponer en el mundo, llegaremos a la competitividad real que ya estamos trabajando", reseñó el funcionario.
"Y ya el ministerio de Agroindustria está trabajando en abrir nuevos mercados; hay muchos trabajos hechos y por otro lado estamos generando nuevas misiones comerciales", junto a la Cancillería.
Además, "hay una herramienta interesante que la sostenemos desde Agroindustria pero que se trabaja en cadena, incluso con los privados, que es la presencia de Argentina en el Consejo Olivícola Internacional, que es una base importante desde donde construir nuevos mercados porque es donde se ajustan temas de estándares de calidad, donde se determinan cualidades organolépticas", detalló.
"El mercado del olivo en el mundo es muy maduro y exige mucha diferenciación por eso la participación argentina en el COI es fundamental y eso se apoya y se financia desde el Ministerio y se trabaja en conjunto con otros órganos del Estado y con los privados".
"Es oportuno agregar valor para la exportación a través de la aceituna feteada o descarozada", por ejemplo.
"Nosotros no vemos que por ser producción primaria la aceituna no tiene valor. Queremos avanzar en la cadena de valor pero ya la producción de aceituna de mesa es eficiente y cuanto más calidad tiene el producto, será más competitivo", dijo.
"En Mendoza hay olivicultores que estaban produciendo aceitunas rellenas con almendras y preservadas en aceite. Eso es una sofisticación gourmet casi", detalló.
"Claramente eso es el agregado de valor precisamente. Son nichos difíciles pero hay que trabajarlos para abrirles mercados porque ese tipo de desarrollo claramente agrega valor. Son el tipo de cosas que nos interesa fomentar desde el Ministerio", de Agroindustria, señaló.
La olivicultura es una cadena netamente orientada a la exportación "y es por eso que hablé de la necesidad de retomar, desarrollar y ganar mercados internacionales, pero ese proceso empieza desde la calidad del producto".
"Pero tanto el producto fresco en mesa como en aceite es más importante la exportación que el mercado interno" para la olivicultura, que tiene una muy baja participación en el PBI de la Argentina pero que "es relevante a nivel de economías regionales".
"La olivicultura ha sido una de las actividades que logró desarrollar nuevas zonas de producción y eso es estratégicamente importante para el país. Así es que su relevancia macroeconómica se basa en su aporte a las economías regionales. Sobre todo a economías regionales donde hay poco desarrollo", amplió el funcionario.
A nivel agrícola, la olivicultura "es uno de los cultivos que tiene grandes posibilidades de avanzar sobre zonas nuevas que es otro de los objetivos que tenemos en el Ministerio: llevar el desarrollo a través de la agricultura y desde el olivo es fundamental", enfatizó.
"La Pampa, San Luis, Neuquén, podrían ser nuevas zonas de expansión del cultivo e, inclusive en provincia de Buenos Aires se está desarrollando el olivo. Pero en zonas de bajas lluvias el olivo es un cultivo intensivo y que se adapta a nuevas zonas. El olivo es un colonizador del desarrollo", destacó Luis María Urriza.