De no cambiarse los hábitos alimenticios, Salas considera que en 50 años aumentará la mortalidad por cáncer y problemas cardiovasculares en España
El aceite de oliva es un guardián silencioso del organismo. Su presencia en una dieta y estilo de vida saludable ayuda a reducir en un 30 por ciento el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular y en un 40 por ciento diabetes. Sin embargo, otros de sus beneficios son más desconocidos, como su capacidad de ayudar en la lucha contra la obesidad, “uno de los principales problemas a los que se enfrenta España”, aclara Jordi Salas, director del Centro Catalán de Nutrición del Instituto de Estudios Catalanes (Ccniec). Una información que presentará en su ponencia en el ciclo Diálogos Saludables que se celebrará este miércoles 4 de noviembre en Bilbao.
Jordi Salas, presidente de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (Fesnad).
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El catedrático de Nutrición y Bramatología de la Universidad de Rovira i Virgili considera que el incremento en el número de casos de sobrepeso y obesidad está siendo promovido por un aumento en el consumo de grasas saturadas. “Hay evidencias que un consumo de energía en forma de grasas saturadas superior al 10 o 15 por ciento genera un aumento de peso e incrementan el riesgo de padecer algún tipo de enfermedad cardiovascular”, agrega.
En este sentido, destaca los beneficios del aceite de oliva virgen extra, al ser una grasa monoinsaturada con antioxidantes que permiten una mayor regulación del organismo. “Sin embargo, hay que ser conscientes de que el consumo per sé de aceite de oliva no es la solución, sino que debe estar acompañado de una dieta saludable, así como con un estilo de vida poco sedentario”, precisa Salas.
Una fórmula que, de aplicarse bien, daría resultados en un plazo de uno o dos meses, cuando “se empieza a percibir una reducción en el nivel del colesterol, pero sus mejores beneficios, aunque imperceptibles a simple vista, se agudizan de permanecer un consumo prolongado en el tiempo”, aclara el ponente del Ciclo Diálogos Saludables (de entrada gratuita).
A pesar de que asegura que la dosis idónea de aceite de oliva depende de la dieta que se consuma, la media rondaría los 50 gramos diarios o lo que equivale a cinco cucharadas soperas. “No existe una margen para determinar una dosis máxima a consumir, pero hay que ser prudente y evitar el abuso en el consumo de grasas, ya que cualquier ingesta superior al 40 por ciento de la energía consumida es dañina para el cuerpo”, indica el director de Ccniec.
Impulso necesario
“Los efectos positivos del aceite de oliva extra virgen son conocidos en el país, aunque a veces parece que no nos creemos lo que tenemos en nuestro país”, asegura Salas. En este sentido, recuerda que cuando se presentó el estudio Predimed se registró un mayor impacto en Estados Unidos y otros países que en España. Una tendencia que cree que podría cambiar si se apuesta por una estrategia multinivel que “sea capaz de llegar a toda la población, pero especialmente a los colegios, comedores, restauración y padres a través de campañas de promoción y sensibilización”.
De no cambiarse los hábitos alimenticios, Salas prevé que la población española de los próximos 50 años será más obesa, así como con unos mayores niveles de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y cáncer. “Es muy probable que, de seguir así, hayan muchos países que nos superen en esperanza de vida”, sentencia.