martes, 25 de agosto de 2015

La Argentina productiva, al borde del precipicio

Por Pablo Andreani
De Noticias Argentinas
El autor es analista de mercados
Con el resultado de las PASO, se despejó, al menos relativamente, la incertidumbre política al quedar ya definidos tres candidatos a la presidencia de la Nación, en la línea de largada.

 La incertidumbre económica y cambiaria sigue en el tope de la mente de los productores por estar impactando negativamente en el margen bruto de los cultivos, en la actualidad y para la próxima cosecha 2015/16. 

Dos candidatos ya han definido su política agropecuaria, en  el caso que les toque asumir la presidencia y gobernar los  destinos de nuestro país. No solamente el sector necesita cambios en la actual política económica, agropecuaria y agroexportadora, sino también las producciones de las economías  regionales y otros sectores relacionados a la exportación. 

Hay que decirlo con todas las letras, cuando un país agrícola ganadero por historia y tradición, tiene más del 70 % de sus productores y empresas ligadas al agro, a punto de quebrar, es que algo realmente no funciona. 

Las provincias del NEA y NOA son las primeras en sentir la grieta del sistema productivo por su lejanía a los puertos y el impacto negativo de los fletes en la estructura de costos de su empresa. No es cuestión de ideología, pues si la ideología da como consecuencia el quiebre del aparato productivo del país, el más competitivo de la economía argentina por siglos, entonces hay que ser más pragmáticos y dejar de lado la ideología para actuar acorde a lo más beneficioso para la sociedad y el país en su conjunto. 

El candidato con mayor cantidad de votos en las PASO, el gobernador Daniel Scioli, una vez con los resultados sobre la  mesa, ha comenzado a distanciarse del modelo agresivo K. En muy poco tiempo, hemos visto un sustancial cambio en la forma que el candidato le habla a la sociedad y a la  comunidad productora y empresaria. 

Uno podría decir que el lobo se disfrazó de cordero, con el propósito de captar los votos de amplios  sectores de la sociedad que no quieren más confrontación, no quieren más un Estado que los asfixie y que nos les permite producir, quieren ser libres en la concepción del término y les  permitan tomar decisiones que mejoren la calidad de vida de sus familias y de su comunidad. Solo el tiempo lo dirá.

El candidato ha dicho que necesita inversiones, que las  empresas deben tener rentabilidad, que Vaca Muerta podrá generar los dólares necesarios para la Argentina que viene. 

¿Y qué puede decir del agro que invierte en cada cosecha, año tras año, U$S12.000 millones? ¿No son estas inversiones para considerar? Y me  pregunto cómo se logra mejorar la competitividad del país, si  no es con cambios profundos que modifiquen las actuales variables económicas que han producido uno de los mayores  desequilibrios en los precios relativos en toda la historia de nuestro país. 

Dólar oficial atrasado, inflación en pesos que provocan  aumento constante de los bienes y servicios imposibles  de importar, que terminan siendo los más caros del mundo, dan como resultado una destrucción de la matriz productiva. No se pueden importar el servicio de fletes para transportar los granos del campo a los puertos, no se puede importar el servicio  de un contratista de cosecha. 

Conclusión: el costo de los servicios se torna tan caro que  ni aun vendiendo toda la cosecha el productor los puede pagar. 

Hay casos en el NEA y NOA donde si un productor decide vender el maíz al puerto, el costo del flete supera la ganancia y le origina un resultado económico negativo. 

Cuanto más maíz vende al puerto más pierde y más rápido corre el riesgo de fundirse.  Algo no está funcionando cuando los productores de San Pedro (Buenos Aires) levantan sus campos con naranjas para hacer soja y cuando los productores de Concordia (Entre Ríos) levantaron sus plantaciones de naranjas y mandarinas, para sembrar soja y maíz. 

Algo no funciona, cuando las principales empresas productoras  y exportadoras de aceite de oliva del mundo, localizadas en La  Rioja y Catamarca no pueden exportar porque no son  competitivas. Lo mismo se puede decir del sector vinos en las provincias de Cuyo, las lanas en Patagonia, y los porotos y limones en el NOA. 

Hoy los productores necesitan que les muestren un futuro mejor, un cambio radical de la situación actual, y mejores  perspectivas que las actuales, se trata de sólo un mensaje, una frase, un gesto, que les permita cambiar las expectativas. 

Sabemos que los cambios que requiere el país llevaran más tiempo que el deseado, pero un cambio de expectativas se puede lograr en 24 horas si el mensaje es claro, conciso y honesto. 

Esperemos que el mensaje del candidato sea sincero, y no un  canto de sirena que nos lleve al precipicio productivo.

El derrumbe exportador



Agroalimentos

El derrumbe exportador

Ni las producciones estrella, como los cultivos extensivos, se salvaron de las caídas en los embarques; peor aún es el panorama para los cultivos intensivos, las economías regionales, las frutas y la ganadería; las razones internas y externas


La Argentina llegó a ocupar los primeros puestos en los rankings mundiales de exportadores de trigo, carne, maíz, entre otros productos, pero en los últimos años perdió esos lugares. Las exportaciones del agro, que representan el 60% del total de las ventas del país al exterior, retroceden y alcanzan a los principales rubros del sector. "La situación es insostenible para todas las producciones y todos los productores", afirmó Luis Etchevehere, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), en la convocatoria de las entidades rurales al cese de comercialización de granos y hacienda para esta semana. Ernesto Ambrosetti, jefe del Instituto de Estudios Económicos y de Negociaciones Internacionales de la SRA, afirmó: "Es la primera vez que los cuatro principales cultivos [soja, maíz, trigo y girasol] dan pérdida a rindes promedio nacionales".
Entre 2011 y 2014, la caída en exportaciones del agro fue de US$ 5300 millones (US$ 45.500 millones a US$ 40.200 millones), según datos de la consultora Abeceb. El descenso más pronunciado se registró en los cereales, y allí el trigo pasó de US$ 3100 millones a US$ 885 millones, una caída del 70%. Pero también el complejo oleaginoso, que parecía imbatible, perdió US$ 2500 millones en ese período.
"El escenario para el campo fue muy bueno, pero se fue deteriorando. En el plano internacional bajan los precios de las commodities y es difícil que vuelvan los tiempos de auge. La economía global está estancada; es menor el crecimiento de China, que es la principal demandante decommodities. En lo interno, hay una pérdida de competitividad por el atraso del tipo de cambio real y el incremento de los costos. A esto se suma las restricciones a las exportaciones y las intervenciones en los mercados que llevaron a la caída en la producción y las ventas", explicó Mauricio Claverí, coordinador de Comercio Exterior y Negociaciones Internacionales de Abeceb. El precio de la tonelada de soja es una muestra del cambio en las cotizaciones: en 2012 la tonelada en Chicago alcanzó los US$ 651 y en agosto de este año llegó a US$ 340.
El incremento de costos, en especial en transporte y logística, resta competitividad: "El flete de un camión de granos es un 85% más caro en la Argentina que en Estados Unidos. Pero además el costo del flete para llevar grano desde Salta hasta el puerto de Rosario es de US$ 72 por tonelada, mientras que de Rosario a Shanghai, una distancia 18 veces mayor, es de US$ 41. Para un productor de Salta sembrar maíz en el NOA es inviable", afirmó Ambrosetti.

LOS PRINCIPALES CULTIVOS

La Argentina era el quinto exportador mundial de trigo en 2001 y retrocedió al 16° puesto el año pasado. "Las trabas a las exportaciones, las regulaciones e intervenciones en el mercado limitaron la competencia entre la industria molinera y exportadores, lo cual tuvo como resultado menores precios al productor", señalaron en el sector. El área sembrada se redujo, y Brasil, el principal destino de los envíos, comenzó a comprar trigo en Estados Unidos y Canadá, entre otros países.
En maíz, las exportaciones pasaron de US$ 4700 millones en 2011 a US$ 3600 millones el año pasado, según Abeceb. "La Argentina fue el segundo exportador mundial de maíz, después de Estados Unidos, hoy es el cuarto, después de Brasil y Ucrania", indica el informe "La agenda del campo" de la SRA.
Las exportaciones de aceite de girasol retrocedieron un 73% entre 2011 y 2014, y también es menor la superficie sembrada. En tanto la soja, el cultivo que más avanzó en la década, obtiene menos dólares por tonelada ante la baja de los precios.
El país ocupaba el tercer lugar en el ranking mundial de exportadores de carne en 2005 y cayó al 13° puesto el año pasado. Las exportaciones pasaron de US$ 1500 millones en 2011 a US$ 1300 millones en 2014, según la SRA. Se perdieron unos 10 millones de cabezas de ganado, dejaron la actividad 27.000 productores, cerraron 138 frigoríficos y cerca de 20.000 trabajadores quedaron sin empleo, señaló Ambrosetti. "En 2006 las ventas al exterior de carne fresca, refrigerada y congelada fue de 770.000 toneladas y hoy apenas superamos las 200.000. La política de restricciones a las exportaciones llevó a producir menos novillos para exportación, y eso también perjudicó al mercado interno porque del novillo sólo se envía al exterior el 15%, el resto se vende en el país", agregó. Y desde 2008 en adelante no se cumplió la cuota Hilton.
En el sector lácteo, el productor recibe cerca de $ 3 el litro de leche, "pero el costo de producción es de $ 3,80, por eso el cierre de tambos. En los costos, hay alimentación, vitaminas, genética, electricidad, entre otros", dijo Ambrosetti. Las exportaciones cayeron US$ 110 millones entre 2011 y 2014.

ECONOMÍAS REGIONALES

Las economías regionales quedaron atrapadas por el cambio en el contexto internacional, la inflación, la pérdida de competitividad, y fueron las más afectadas. De Norte a Sur se suceden los números en rojo en frutas, caña de azúcar, arroz, vinos, aceitunas, ajo, porotos, madera, algodón o lana.
Ezequiel de Freijó, analista económico de la SRA, explicó: "Las economías regionales enfrentan el alza de costos, la falta de infraestructura, la alta presión impositiva nacional, provincial y municipal. A la vez, en los principales destinos de los envíos, Brasil, Rusia y la Unión Europea, la economía es débil. Brasil es un gran demandante, y la devaluación del real profundizó la pérdida de competitividad de los productos argentinos".
También Rusia devaluó, y las sanciones impuestas por la crisis con Ucrania provocaron una distorsión en los mercados: "Las frutas y quesos que enviaba la Unión Europea a Rusia tuvieron otro destino; la fruta se industrializó para jugo, y con la leche que se utilizaba para hacer queso fabricó leche en polvo. Una consecuencia fue la baja en los precios", señaló De Freijó. Rusia compra manzanas, peras, mandarinas, limones, carne congelada, maní, lácteos, tabaco, entre otros.
En Mendoza, gran parte de la producción tiene como destino a Brasil, indicó Mario Leiva, presidente de la Sociedad Rural de Valle de Uco e integrante de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA): "En ajo, la Argentina participaba en más del 50% de las importaciones de Brasil, pero China la fue desplazando y hoy abastecemos un 25% del mercado". Las exportaciones de ajo cayeron un 48% en los últimos tres años, según datos de la SRA.
En manzanas, señaló Leiva, de 8500 hectáreas plantadas en el Valle de Uco hoy quedan 3000: "El precio es alto para Brasil y Europa. La pera también fue desapareciendo; el productor no cubre los costos y así queda fruta sin cosechar", agregó.
En vitivinicultura, se reconvirtieron las áreas productivas para mejorar la calidad y aumentaron las exportaciones. "A comienzos de los 90, los envíos eran de unos US$ 50 millones y en 2012 alcanzaron los US$ 1300 millones, pero después cayeron y en 2014 se exportó por US$ 1070 millones. En los primeros seis meses de este año, bajaron un 6% más", indicó De Freijó.
Los costos aumentaron para los productores de uva y los bodegueros; allí suben los costos del vidrio, etiquetas, corchos, fletes. "Hay bodegas que siguen exportando para no perder mercados, aunque no es rentable", sostuvo Leiva. En mosto, bajaron los precios internacionales. "Hay un exceso de stock en el mundo, y en esto influyó la mayor producción de China de jugo de manzana, que es utilizado como endulzante en sustituto del mosto", explicó De Freijó. Otras producciones de la región de Cuyo en las que retrocedieron las ventas al exterior en los últimos tres años son duraznos, el 62%; ciruelas frescas y desecadas, 39%; aceitunas, 36%; aceite de oliva, 39%, según datos de la SRA.

NORTE Y SUR

"En el NOA, no se ve hoy la luz al final del túnel. No hay cultivos rentables; la soja y el maíz eran los principales y ya no dejan margen. Los productores buscaron alternativas, así aumentó la superficie plantada con porotos, chía, quinoa, entre otros, lo que saturó el mercado y bajó el precio", explicó Sebastián Robles, vicepresidente de la Sociedad Rural de Tucumán, integrante de CRA.
"La caña de azúcar y los cítricos se procesan en la región, también la soja para biodiésel; hay otros productos que se pueden industrializar y exportar, pero se necesitan reglas de juego claras. Por caso, se hicieron inversiones en ganadería que después se perdieron con las trabas a las exportaciones", señaló Robles. "Es posible transformar el maíz del NOA en carne de cerdo, pero hay que exportarlo porque el mercado interno es chico", agregó.
La sobreproducción y la baja del precio internacional llevaron a la caída en los envíos de azúcar, un 42% entre 2011 y 2014, señaló De Freijó. También retrocedieron el tabaco, 30%; porotos, 11%; garbanzos, 52%; aceites de limón, 34%.
En el NEA, uno de los productos afectados fue el algodón: "La calidad mejoró, se incorporó tecnología, pero bajaron los precios internacionales. La exportación pasó de US$ 232 millones en 2011 a US$ 115 millones en 2014", indicaron en el sector. En arroz la caída fue del 24%; madera y pasta de madera, 24%; cítricos dulces [mandarinas y naranjas], 35%; jugo de naranja, 57%", según datos de la SRA.
La lana en el Sur es otra producción en la que mejoró la calidad, y allí la exportación pasó de US$ 280 millones en 2011 a US$ 186 millones el año pasado, y en carne ovina el retroceso fue del 55%. El stock de ganado ovino es el más bajo de la historia, señala el informe de la SRA.
En manzanas y peras, los productores del Alto Valle de Río Negro plantaron variedades más demandadas, "pero no están cubriendo los costos y así quedaron sin cosechar unas 200.000 toneladas de peras, un 25% de la producción nacional", estimó De Freijó. Las exportaciones de manzanas en los últimos tres años retrocedieron un 28%, y las de jugo de manzana, el 72%.
"Las economías regionales se reconvirtieron para lograr mayor calidad, incorporaron tecnología. Por ejemplo, en algodón se desarrollaron cosechadoras apropiadas para la producción; en ovinos, se mejoró la genética para obtener lana fina; en frutas, se plantaron variedades de mayor calidad. Sobre eso se puede construir y crecer", sostuvo De Freijó.
Para Claverí, "la política de estos años fue limitar las importaciones en vez de incentivar las exportaciones. Brasil aprovechó el ciclo de altos precios de las commodities, diseñó una estrategia y hoy está entre los grandes exportadores de carne bovina, aviar y porcina; también avanzó en agricultura. Hubo un trabajo conjunto del sector público y privado. En la Argentina, esto no sucedió"..