lunes, 30 de mayo de 2011

Chile Productor de olivas





CHILE posee condiciones singulares, excepcionales y exclusivas que lo hace un atractivo país productor.
En Chile no se dio en forma autóctona la oliva, pero en los valles y terruños se ha dado vida a cultivos trasplantados de otras latitudes con increíbles resultados.

Hay pocos lugares en el mundo donde el frantoio, la arbequina o la picual han crecido con tan deliciosas características frutales fuera de sus territorios originarios.

Condiciones fitosanitarias únicas, ausencia de mosca del olivo, sistemas de producción y riego modernos y tecnificados, mano de obra relativamente barata y vastas extensiones aún por explotar han convertido a nuestro país en un puerto de atracción para productores mundiales que han buscado tierras de calidad y condiciones de excelencia para incluso “mejorar” las producciones que emanan del Viejo Continente.



Altos estándares tecnológicos: En Chile, las plantaciones olivícolas se manejan a través de riego tecnificado, lo que permite aumentar los rendimientos casi al doble de los europeos (cerca de 12 toneladas por hectárea en Chile contra 6.5 toneladas en el viejo continente), cuestión que lejos de significar una baja en la calidad del producto implica aprovechar al máximo el terreno y las plantas, aumentando así la eficiencia del negocio.

Gracias a toda la tecnología incorporada a las empresas chilenas, en términos generales no transcurren más de 12 horas entre la cosecha y el almacenamiento del aceite para su posterior envasado, lo que disminuye el riesgo de que los frutos se oxiden y disminuyan la calidad del producto final.

Una de las mayores ventajas de Chile para el desarrollo de esta industria con proyecciones internacionales son los bajos costos de la tierra y la mano de obra, en relación con el Viejo Continente. Además, el largo camino recorrido en la producción y exportación de fruta y vino ha acumulado una experiencia única, que sumada a la utilización de tecnología de punta y a la selección de las mejores variedades olivícolas, dan como resultado un producto final de calidad irrefutable, apto para competir con los mejores aceites de oliva del mundo.


En el 2004 Chile poseía 3.700 hectáreas plantadas, con 20 almazaras que producían unas 1.500 toneladas de Aceite de Oliva Extra Virgen. Sólo Extra Virgen y ninguna otra categoría. Esto ha permitido que en los primeros cinco años desde que se iniciaron los envíos hacia el extranjero, la industria nacional sea reconocida por la calidad de su producción, lo que se demuestra en la gran cantidad de premios que han recibido las diferentes empresas nacionales en reconocidos concursos de Italia, España y Estados Unidos.
 Hoy Chile posee más de 20.000 hectáreas plantadas de olivos para la extracción de aceite de oliva y año a año aumenta la producción, en el año 2009, se estima que  la producción nacional creció 30% respecto al año 2008, con una producción de 8.500 ton.

Variedades en Chile

La mayor parte de las variedades de olivos presentes en el mundo provienen del Mediterráneo.  España, Italia y Grecia, que son las cunas por excelencia de este producto, fueron los primeros . De esos países comenzaron a llegar los aceites a Chile y también las primeras variedades aceiteras de olivos. Actualmente las más importantes que se cultivan en Chile son:
 Arbequina:
Esta variedad es originaria de España y entrega un fruto ovalado y pequeño. Su aceite es muy aromático, con ligero sabor a manzana, verde herbáceo, dulce, muy poco amargo y picante. Ha tenido muy buena aceptación en los mercados poco habituados al consumo de aceite de oliva. Es la variedad más plantada en Chile, representa el 70% del total nacional, ya que es usado comúnmente como base en todas las mezclas (blend), debido a su aceite suave de frutado ligero
Arbosana:
Esta es una variedad española, procedente de la comarca de “El Arbos” en la provincia de Tarragona. Actualmente se proyecta como una de las variedades más interesantes por la calidad del aceite producido, ya que es muy frutado y aromático con particular aroma a plátano. Es estable, amargo y picante ligero. 
Frantoio: 
Variedad italiana muy común en la zona de la Toscana y que se ha propagado a numerosos países. Su fruto de tamaño mediano produce un aceite de excelentes características organolépticas: muy frutal, de tonos verdosos y muy estable, ya que es rico en polifenoles.
 Leccino:
Se cultiva en toda la península itálica ya que se utiliza como agente polinizador. Es una variedad de fruto grande y de maduración muy pareja. Su aceite es bastante amargo y tiene un sabor muy verde.
Picual:
Proveniente de España es la variedad más importante del mundo. Representa el 20% del total mundial y el 50% de las plantaciones ibéricas. Su fruto es mediano y el aceite resultante es muy estable, frutado, fragante, con atributos positivos de amargo, picante y astringente, que se suaviza con el tiempo. Como atributos específicos destacan la higuera y la madera que hace un aceite con personalidad
 Koroneiki:
Variedad proveniente de Grecia, representa cerca del 60%  de la superficie oleícola de ese país. Produce un aceite muy apreciado por sus características organolépticas, estabilidad y alto contenido en oleico. Aceite frutado, buen aroma, elegante y muy verde.
 Coratina:
Otra variedad italiana que se cultiva principalmente en la región de Puglia (Bari). Gracias a su altísimo contenido de polifenoles generalmente se utiliza para enriquecer mezclas y no como monovarietal. Su fruto es grande y produce un aceite herbáceo de color muy amarillento, con excelentes características organolépticas.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario