lunes, 12 de diciembre de 2011

URUGUAY......BUSCA MERCADOS PARA SU ACEITE


El aceite de oliva en las gateras

Aún falta para que se alcance el máximo potencial de un sector que logra captar cada vez más inversores

                                     
Años atrás era impensable, pero hoy Uruguay produce cada vez más aceite de oliva. Ya alcanza para abastecer parte de la demanda del mercado local y como para proyectarse a plazas competitivas, como la brasileña y la norteamericana, aunque las exportaciones recién comenzaron tímidamente.

Actualmente, hay 8.500 hectáreas plantadas de olivos. En 2002, la superficie era tan sólo de 500. Según las proyecciones, formuladas en base al interés de inversores de incursionar en un sector que se presenta lucrativo, el ritmo de crecimiento del área plantada será de 1.000 hectáreas más por año.

Aumenta progresivamente el número de productores agropecuarios y empresarios que ven en las plantaciones de oliva y el proceso de elaboración de aceite un área a la que apostar.

Los operadores del sector (viveristas, productores, técnicos, propietarios de plantas procesadoras y proveedores) decidieron nuclearse en 2004 en la Asociación Olivícola Uruguaya (Asolur).

Actualmente, la Asolur tiene 80 socios. Existen 15 almazaras  operativas (plantas elaboradoras), lo que implica que varios emprendimientos trabajen de manera conjunta para procesar sus olivas. Se prevé la construcción de más a medida que aumente la cantidad de fruta a procesar (ver nota en la página siguiente).

“Las almazaras están concentradas en las zonas donde hay plantaciones, ya que la fruta debe ser procesada dentro de las 24 horas de recogida; por lo tanto, la cercanía de las plantaciones a la planta procesadora es vital, sumado a que el transporte de la fruta afecta la calidad y aumenta los costos”, explicó a Café & Negocios el empresario Darwin Marigliani, integrante de Asolur y directivo de la empresa que produce los aceites de oliva De la Sierra, llamada Olivos del Campanero. La compañía fue distinguida recientemente con tres premios en la quinta edición del Concurso Internacional de Aceites de Oliva “Olivinus 2011”.

Esta firma cuenta con una almazara en Minas que también procesa la fruta de 24 productores de la zona. 

Según Marigliani, el 95% de las plantaciones de olivos tiene como destino producir aceite y no aceituna de mesa.
Pese a esto, la plaza comercial uruguaya está dominada por aceites importados (entre ellos provenientes de Argentina, que tiene importantes hectáreas plantadas, y de España e Italia). Tanto es así que en 2010, 10% del consumo interno fue de aceites uruguayos y el resto de importados. Las importaciones superaron en 2010 los 900.000 kilos.

“En la medida que el público comience a distinguir las calidades como sucedió con el vino, habrá más consumo de aceite uruguayo frente al importado. Para ello debemos trabajar en educar los paladares e irnos adaptando a los sabores demandados por los consumidores”, consideró Marigliani.

El clima de Uruguay es propicio para el desarrollo de esta actividad, al igual que en algunas zonas de Argentina. Asimismo, el país ofrece la posibilidad de plantar en todo tipo de tierras, incluso las destinadas a la forestación, que mantienen buena permeabilidad.

PERFIL EXPORTADOR

El sector apuesta a desarrollarse para exportar la mayoría de su producción. Es que el consumo en Uruguay es ínfimo en comparación con otros países: mientras que los uruguayos consumen 0,25 litros de aceite de oliva pér cápita por año, los españoles superan los 10 litros. El atractivo del negocio es la exportación, aseguró el empresario David Davidovics, director de Olivos del Campanero.

En 2010 se realizó la primera exportación. El destino fue Brasil y en la venta estuvieron involucrados varios productores que se asociaron para lograr el volumen de aceite lo suficientemente atractivo. El ingreso por la operación fue de tan sólo US$ 10.000.

El de Brasil es un mercado “interesantísimo” por la cercanía, el gran poder adquisitivo, y el crecimiento de su población y su consumo, opinó Davidovics.

La posibilidad de meterse de lleno en EEUU es la meta de los productores, que también pusieron los ojos en los países asiáticos. “El destino de la producción en 10 años va a ser 80% exportable”, dijo Davidovics.

En setiembre se concretó la primera venta a Estados Unidos. Para lograr el negocio se asociaron las firmas Agrogestión (Lavalleja), en la que participa Davidovics, y Finca Babieca, de Maldonado.

El gerente de Finca Babieca, Alejandro Echevarría, explicó que los olivos plantados en la mayoría del país están en su segunda o tercera cosecha, lo que representa entre el 10% y el 15% del máximo de producción. Esto quiere decir que tienen mucho potencial por desarrollar, ya que al décimo año  llegan a la madurez que les permite ofrecer un tope de entre 30 y 40 kilos de aceituna por árbol.

En ese momento se podrá extraer 1.300 litros de aceite por cada hectárea plantada. El valor de las exportaciones superaría entonces los US$ 70 millones.

Finca Babieca fue fundada en 2005 y es propiedad de inversores del País Vasco. Cuenta con 100 hectáreas destinadas a olivares. Se encuentra en la Sierra de los Caracoles, entre las rutas 9, 12 y 39. Su almazara está instalada cerca de Pueblo Edén y comercializa aceites con las marcas Sierra de Carapé y Sierra de los Caracoles.

La meta de Echevarría es elaborar unos 130.000 litros de aceite por año en base a aceitunas propias y de los productores de la zona que lo contraten para procesar su fruta.
El empresario también gestiona una compañía llamada Grupooliva, que ofrece servicios de asesoramiento al sector. 

EN EXPANSIÓN

Otro emprendimiento es el que desarrolla Quebrada de los Olivos, un complejo agroindustrial en Rocha compuesto por 500 hectáreas de olivares a la altura del kilómetro 251 de la ruta 9, a sólo 10 kilómetros de la costa.

La compañía comenzó en 2004 a cultivar olivos, contó una de las socias, Adriana Van Hall. Cuenta con una almazara propia en la que procesa la fruta de los 85.000 árboles del complejo, aunque también recibe de los productores de la zona.

“A este medio millar de hectáreas ya cultivadas, la empresa tiene previsto incorporar otras 160. Además de los cultivos propios, la firma controla productivamente una serie de parcelas de entre 15 y 17 hectáreas de montes de olivar pertenecientes a diferentes dueños”, indicó Van Hall. Quebrada de los Olivos produjo 23.000 litros de aceite extra virgen en su primera cosecha. Según las estimaciones, el emprendimiento podrá extraer 500.000 litros en 2016.

Sus productos están dirigidos al sector minorista de alta gama y “Premium Private Label” (marca blanca de calidad superior), pues “la estructura integrada y flexible de la compañía permite proveer de aceite de oliva extra virgen de calidad a las empresas que comercializan sus productos con marca propia, ofreciéndoles la mezcla de variedades y cortes adecuados para abastecer diferentes mercados”, dijo Van Hall. 

Además de su unidad productiva, ofrece el servicio de mantenimiento de fincas de olivos, así como el servicio de cosecha,  procesamiento  y embotellado.

Según comentó Van Hall, la empresa comenzará a organizar catas “como instrumento de divulgación de las bondades del producto”.
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Otra aceitera con inversión de Bulgheroni

El potencial lucrativo atrajo al empresario argentino Alejandro Bulgheroni, que ya desarrolla en el país importantes negocios, como Agroland en Maldonado, con 3.500 hectáreas para tareas agrícolas, ganaderas, forestales y energía eólica. Parte del predio se destina a la plantación de olivos y procesado en una almazara propia.

La empresa Nuevo Manantial, a través de la cual Bulgheroni se dedica a la forestación, cultivo de olivos, arándanos y apicultura, entre otros, construye otra aceitera en Rocha. Está previsto que empiece a funcionar en marzo.

Ambas empresas mantienen una “alianza estratégica”, ya que Agroland opera una “fábrica boutique” que desde 2010 produce aceite de oliva, dijo el gerente general de Nuevo Manantial, Diego Martínez.

Se proyecta construir una planta de extracción y envasado de aceite de 6.100 metros cuadrados. La capacidad irá aumentando hasta alcanzar un máximo en  2017 para procesar 25.000 kilos por hora, lo que permitirá elaborar en ese año 2,5 millones de litros de aceite. 

“Coyunturalmente nos encontramos con un tipo de cambio que no nos ayuda, y con el principal productor del mundo de aceite de oliva (España) sufriendo una enorme crisis, lo que lleva a que el precio del aceite se encuentre un poco deprimido”, dijo Martínez.

La compañía cuenta con unas 2.200 hectáreas plantadas en Rocha y Treinta y Tres. “Nuestro objetivo es que para 2014 se alcancen entre 3.000 y 3.500 hectáreas”, afirmó Martínez.

En tanto, Agroland espera procesar un millón de kilos de oliva en la próxima cosecha. “Si bien el volumen de producción de fruta y su consecuente rendimiento industrial son importantes en este negocio, la calidad es la clave ineludible para el éxito final”, declaró el gerente general de Agroland, Gastón Solari. Agroland elabora la marca “Colinas de Garzón”. 

“El desafío de seguir creciendo en los mercados exteriores es imperativos. Y no pasará mucho tiempo hasta que la presencia del aceite obtenido en las tierras de Garzón esté al alcance de muchos y muy exigentes paladares más allá de nuestras fronteras”, sostuvo Solari.

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