viernes, 2 de marzo de 2012

Fiesta de la Aceituna - Cordoba Argentina


Desde el viernes y hasta hoy a la madrugada, interrumpida en su fase final por la lluvia, la 3ª Fiesta Provincial de la Aceituna quebró con su carga de alegría la tranquila habitualidad de Olivares San Nicolás, comuna de 700 habitantes distante 173 kilómetros de Córdoba capital sobre la ruta provincial 16.
El lugar es emblema del fruto bíblico y la totalidad de los lugareños depende, directa o indirectamente, de una poderosa industria olivarera especialista en la producción de aceite de oliva y aceitunas de mesa desde hace décadas.
Este fin de semana se celebraron los orígenes de Olivares San Nicolás y la incidencia de miles de olivares en su vida cotidiana. Le rindió honores a su medio de subsistencia como comunidad rural.
El club del lugar fue el epicentro de la fiesta que comenzó  tímidamente el viernes pasado con la actuación en el escenario de Las Voces de San Carlos con un bandoneón de excepción, Sentimiento Folklórico y un baile popular cuartetero con Alejandro Severio.
Pero hoy hasta la madrugada a pesar de la torrencial lluvia al culminar el evento, en su segunda jornada, estalló como los fuegos artificiales que iluminaron el cielo a la par de los relámpagos que anticipaban lo que llegó horas después, para respiro de la comuna organizadora encabezada por “Chichí” Heredia (solo quedó pendiente la actuación de Los 4 del Ritmo en fecha a confirmar).
De todo un poco. El escenario bajo la conducción de Claudia Ponce y Víctor Garay, fue una miscelánea variopinta de los preferencias populares en canto, danza y jolgorio popular de la región.
El ballet Martín Fierro abrió el fuego y mostró sus virtudes con sabor local, siendo precedidos por una invitada especial de último momento: Jessica Llanos. La joven cordobesa de 18 años dotada de una voz excepcional en pleno desarrollo y acompañada por una banda que sonó bien, le puso el condimento festivalero y entremezclándose entre la gente desarrolló su repertorio folklórico, que no por conocido dejó  de sumarle puntos en calidad interpretativa.
La llegada de Los Trópicos del Chamamé desató el baile popular que fue una postal costumbrista de Olivares San Nicolás, atildadas parejas entremezcladas con la vestimenta gaucha y la simple gente de pueblo con su atuendo habitual. El denominador común: la alegría desatada, paralelo a un buffet colmado de comidas típicas y bebidas de todo calibre.
Cristian Valle, un afianzado cantor cruzdelejeño con especial repertorio dominó el escenario y batió las palmas de sus seguidores de fiesta en fiesta. Un fenómeno popular que se agranda año tras año y muestra un curioso perfil en su crecimiento artístico.
La belleza estuvo presente y resultó electa Reina de la Aceituna Giselle Griffo, secundada por las princesas Antonella Cepeda y Luciana González.
Los del Río arremetieron con su repertorio cuando ya se avizoraba la cercana tormenta, que se desató al momento de  la actuación de los Hermanos Matttar que se encontraron con una cortina de agua imparable.
Había llegado el fin de la fiesta y el desbande presuroso de la gente.
De esta forma la Fiesta de la Aceituna le bajó el telón a los exitosos festivales y encuentros de los pueblos del interior profundo del noroeste provincial, que sumó miles de espectadores esta temporada estival. Solo resta El Barrial, un paraje cercano a la comuna de Media Naranja, para mediados del mes próximo.

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