jueves, 17 de mayo de 2012

Un año negro para el campo


5
San Juan.- En el presente análisis se hace una revisión sobre los efectos de los problemas climáticos y de mercado en los dos principales cultivos de la provincia: la vid y el olivo.
E
s un año de esos... dicen los productores y los hombres de campo cuando analizan lo que ocurrió en la temporada 2011/12. Más aún si tenían centradas las esperanzas de llevar crecimiento a su producción y por el factor clima toda proyección se vio en el suelo. El clima, el tiempo, el frío, el calor son palabras que en el campo se han sentido y han producido una carga complicada de pesimismo a la hora de mirar el futuro. La realidad es que viñateros y olivareros hicieron el amague de pedir algún tipo de asistencias  pero hasta el momento sólo fue eso. Parece que el problema es tan grande en el campo que a muchos no les queda más que volver a empezar, buscando alguna opción que los lleve a seguir en la pelea.
Mientras tanto los que sufren los impactos directos son los hombres que trabajan y viven en el campo. Por ello a modo de ejemplo pretendemos proyectar algunos números que reflejarán montos importantes de dinero que este invierno no estarán en la sociedad rural.

La olivicultura entre el frío y el calor extremoEl efecto de las heladas tardías se hizo sentir sobre todo en la productividad de los campos. A esto se le tiene que sumar meses muy complicados con calores que superaron los 40 grados de manera continua, lo que en muchos casos generó lo que los técnicos llaman “estrés hídrico” en las plantas.
Algunas estimaciones hechas a campo por los dirigentes del sector sostienen unas 8.000 hectáreas de este cultivo se perdieron producto de los grandes fríos y otro tanto tiene algunos problemas con el frío. Esto lleva a suponer una pérdida de unos 60 millones de kilos.
Este volumen si se proyecta al sector trabajador representa unos 3 millones de cajones, los cuales en la temporada pasada se pagaron entre 8 y 12 pesos. Haciendo un promedio de lo que se tiene que invertir para levantar la cosecha - lo que se perdió- hablamos de 30 millones de pesos.
A los 3 millones de cajones si se los divide por 12 cajones, que es el promedio de un buen obrero de campo, estamos hablando de unos 250 mil jornales. A estos 250 mil jornales si se los divide en 120 días, que es lo que aproximadamente dura la cosecha de aceitunas, macan que 2.083 personas no cosecharon durante la temporada.

Impactos directosLos datos que se presentan tienen que ver directamente con la cotización del año anterior. El tema es que el cosechador, cuando los campos están malos y ve que no podría hacer un promedio de cajones de acuerdo a sus expectativas, sube el precio de cosecha. Esto lleva a que se trate por cuadros o parcelas la cosecha y el valor del cajón.
Otro de los temas que se han notado en el campo es una disminución de trabajadores golondrinas que llegan al campo en tiempo de cosecha y se van hasta la próxima.
Los problemas en general se han producido en la zona este y sureste de la provincia, donde muchos cultivos han quedado a la miseria.
Productores grandes como Manantial de Cuyo han hecho presentaciones ante la Secretaría de Industria, pues todavía cuenta con algunos beneficios impositivos, para cambiar de cultivos. Antonio Olivares explicó que “de entrada pretendemos hacer un reemplazo de 1.000 hectáreas de olivo por la misma extensión de pistacho”.

Vitivinicultura: récord de mala rachaAlgunas estimaciones indican que puede ser la peor cosecha de uvas de los últimos 17 años. Con lo que se marca un récord a la hora de ir mal. Las proyecciones del INV -Instituto Nacional de Vitivinicultura- indican que sólo en San Juan se cosecharán unos 200 millones de kilos menos de vid.
Esto tiene un impacto grande en la economía rural pues este volumen representa unos 10 millones de gamelas. En la actualidad el pago del tacho en el campo varía entre los 2 y los 3 pesos. Si tomamos como promedio 2,50 pesos esto representa un monto de unos 25 millones de pesos que no llegarán al bolsillo de los cosechadores o trabajadores golondrinas.
Al profundizar en el volumen de las pérdidas se tiene que dividir el monto de gamelas por 70, que son las que un trabajador hace por día. Hay variaciones y personas que cosechan más, pero de todos modos todo depende del tipo de vid y el varietal que estemos hablando.  Si se divide el monto total representa 142.857 jornales. Todo esto dan una imagen por demás complicada que se corrobora cuando se divide el número de jornales por los 70 días que dura la cosecha de uva en su plenitud. Con esta última aproximación numérica se puede estimar que son unos 2.040 cosechadores de vid que no consiguieron sus objetivos durante la presente vendimia.
De todos modos al hablar de las pérdidas en lo laboral es bueno hacerlo desde los jornales. Es que no es taxativo el número de pérdida de empleos para cada uno de los trabajadores sino que desde el volumen a cosechar el mismo grupo de trabajadores hace su labor y con ello se acaba antes la cosecha y por consiguiente el trabajo. Esto lleva a que las pérdidas sean para todo el grupo en general y por consiguiente los problemas se harán sentir cuando falten este tipo de dinero.

Lo que se vieneEl campo tiene un alto nivel de subsidio rural, de hecho uno de los cuestionamientos del sector es que sus trabajadores, producto del cobro de tanto beneficio social, no les conviene salir a trabajar, por lo que se quedan en sus respectivas casas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario