viernes, 14 de noviembre de 2014

Nueva bacteria que afecta a los olivos


Científicos detectan una nueva bacteria que afecta a los olivos

Por primera vez en el país y con pocos antecedentes en el mundo, técnicos del INTA y Senasa detectaron la presencia de la bacteria Xylella fastidiosa en olivos de La Rioja y Córdoba..
                     Por primera vez en el país y con escasos antecedentes en el mundo, técnicos de INTA y Senasa detectaron la presencia de la bacteria Xylella fastidiosa en olivos de la variedad Arauco, ubicados en la zona de Aimogasta –La Rioja– y de Cruz delEje –Córdoba–. De las 50 plantas analizadas, en casi el 50% se encontró la bacteria, la cual se propaga con facilidad a través de una chicharrita y provoca el desecamiento de los ejemplares.

“Lo particular de estas chicharritas es que son polífagas y cambian de hospedante muy rápidamente”, aseguró Raquel Haelterman, especialista del Instituto de Patología Vegetal del INTA, al tiempo que señaló: “Estos insectos se alimentan de diversas especies y eso potencia la diseminación de la bacteria”.

Según explicó, los síntomas observados en las plantas fueron: decaimiento, coloración poco brillante de las hojas, defoliación parcial, muerte de ramas y quemado de la punta de la hoja –fenómeno conocido como “punta de flecha”–. En esa línea, remarcó la importancia de este último síntoma, dado que suele ser característico de la acción de la bacteria, aunque aún se trata de establecer si los daños fueron causados por ésta o si también actuaron otros patógenos.

La muestra analizada estuvo compuesta por ramas y hojas de 50 ejemplares, que presentaban la sintomatología, extraídos de cultivos tradicionales de la zona de Aimogasta y Cruz del Eje. En particular, según indicó la especialista, se estudió el pecíolo y la nervadura, ya que es en los vasos xilemáticos de esos órganos donde el patógeno alcanza su mayor concentración.

A diferencia de los vasos floemáticos que transportan los productos derivados de la fotosíntesis, los vasos xilemáticos conducen el agua y los nutrientes y se encuentran en el tallo, los pecíolos y las hojas. “Esta bacteria no afecta otros tejidos, sino que se asienta en estos vasos, los tapona y eso produce el marchitamiento y el secado del borde de las hojas”, señaló.

“Se trata de una bacteria bastante difícil de aislar y, por eso, se la analiza a través de pruebas serológicas y moleculares”, explicó, quien además agregó: “Hasta ahora se la encontró en olivos de la variedad Arauco, una de las especies más requerida en el mercado y cultivada en la zona, debido a que produce una aceituna de mesa con buen tamaño y cuyo fruto es autóctono”.

De acuerdo con los datos del Ministerio de Agricultura de la Nación, la Argentina es el primer productor de olivo en América del Sur con una superficie cultivada de 102.000 hectáreas. Entre los años 2000 y 2011, la elaboración de aceite de oliva creció un 239% mientras la producción de aceitunas de mesa se incrementó casi un 90%.

Durante el primer trimestre de 2011, se exportaron 2.494 toneladas de aceitunas de mesa por un valor de 9 millones de dólares. Respecto de los principales destinos, se destaca Brasil con una mayor participación, seguido de los Estados Unidos, Uruguay, Chile y Venezuela, entre otros.

“Junto con el Senasa, tenemos previsto realizar un monitoreo para determinar en qué otra región olivícola está presente la bacteria, en qué otras especies la podemos detectar y cuál sería la chicharrita que la transmite”, anticipó Haelterman sobre la investigación llevada a cabo en el marco del Programa Nacional de Protección Vegetal de INTA.

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